VIBRIO Y BACTERIAS DELACIONADAS

 

VIBRIO Y BACTERIAS DELACIONADAS

 

EI segundo gran grupo de bacilos gramnegativos anaerobios facultativos y fermentadores son los géneros Vibrio y Acromonas. En un principio, estos microorganismos se englobaron en la familia Vibrionaceae y se separaron de la familia Enterobacteriaceae por la reacción positiva a la oxidasa y la presencia de flagelos polares. Estos microorganismos también se clasificaron juntos debido a que se encuentran principalmente en el agua y son capaces de producir enfermedad gastrointestinal. Sin embargo, las técnicas de secuenciación del ADN han establecido que estos géneros únicamente presentan una relación lejana y que pertenecen a familias diferentes: Vibrio y Aeromonas se clasifican ahora en las familias Vibrionaceae y Aeromonadaceae, respectivamente.

VIBRIO

El género Vibrio ha sufrido un elevado número de modificaciones a lo largo de los últimos años, y se han descrito o clasificado de nuevo algunas de las especies menos frecuentes. En el momento actual, el género se compone de más de 119 especies de bacilos curvados. Tres especies son patógenas de especial importancia para el ser humano Vibrio cholerae, Vibrio parahaemolyticus y Vibrio vulnificus.


FISIOLOGÍA Y ESTRUCTURA

Las especies de Vibrio pueden crecer en una variedad de medios sencillos con un amplio intervalo de temperatura (de 14 0C a 40 0C). Todas las especies de Vibrio necesitan cloruro sódico (NaCl) para crecer. V. cholerae puede crecer en la mayoría de los medios de cultivo sin añadir sal, pero la mayoría de las demás especies (especies halófilas) necesitan de la adición de NaCl. Los vibrios toleran un amplio intervalo de pH, aunque son sensibles a los ácidos gástricos. En general, para desarrollar un cuadro patológico es necesario un gran inóculo de microorganismos, pero si está disminuida o neutralizada la producción de ácidos gástricos, los pacientes son más vulnerables a las infecciones por este género.

La mayoría de los vibrios tienen flagelos polares (importantes para su motilidad) y varios pili importantes para la virulencia. Por ejemplo, las cepas epidémicas de V. cholerae, el agente etiológico del cólera, sintetizan el pilus corregulado por la toxina. La estructura de la pared celular de los vibrios también es relevante. Todas las cepas cuentan con lipopolisacáridos formados por lípido A (endotoxina), polisacárido central y una cadena lateral de polisacárido O. El polisacárido O se emplea para subdividir las especies de Vibrio en serogrupos: se han definido más de 200 serogrupos de V. cholerae, múltiples serogrupos de V. vulnificus y V. parahaemolyticus. El interés que ha despertado este sistema de clasificación no es meramente académico: V. cholerae 01 y 0139 sintetizan la toxina del cólera y se asocian a la aparición de epidemias de esta entidad.



PATOGENIA E INMUNIDAD

La virulencia de V. cholerae suponía la adquisición en primer lugar de una secuencia de genes, entre los que estaban el pilus corregulado por la toxina (TCP), sobre lo que se denomina islote de patogenicidad de Vibrio (VPI-I), seguido de la infección por el bacteriófago CTX(t) que codifica los genes para las dos subunidades de la toxina del cólera (ctxA y ctxB). El TCP actúa de receptor en la superficie celular para el bacteriófago, permitiéndole moverse hacia el interior de la célula bacteriana, donde se integra en el genoma de V. cholerae. El locus cromosómico de este bacteriófago lisogénico contiene, igualmente, otros factores de virulencia: el gen acc para la enterotoxina accesoria del cólera, el gen zot para la toxina de la zónula oclusiva y el gen ccp para las proteínas quimiotácticas. V cholerae 01 y 0139 poseen un gran número de copias de estos genes, cuya expresión se encuentra bajo el control de genes reguladores.

La toxina del cólera es una toxina formada por el complejo A-B semejante desde el punto de vista estructural y funcional a la enterotoxina termolábil de Escherichia coli. Un anillo compuesto por cinco subunidades B idénticas de la toxina del cólera se une a los receptores del gangliósido GIMI en la superficie de las células epiteliales intestinales. La porción activa de la subunidad A se internaliza, interacciona con proteínas G que controlan la adenil ciclasa y provoca la conversión catabólica del trifosfato de adenosina (ATP) en monofosfato de adenosina cíclico (AMPc), lo que origina la hipersecreción de agua y electrólitos. Los pacientes aquejados de una infección grave llegan a perder hasta I litro de líquido por hora durante el período de máxima actividad de la enfermedad. Está acusada pérdida de líquidos provocaría normalmente la eliminación de los microorganismos del aparato digestivo; no obstante, las células de V. cholcrae son capaces de adherirse a la capa de células mucosas a través de: l) el TCP codificado por el complejo génico) las proteínas quimiotácticas codificadas por los genes cep. Las cepas no adherentes son incapaces de establecer una infección.

En ausencia de la toxina del cólera, V. cholerae 01 aún provoca una diarrea significativa por medio de la acción de la toxina de la zónula oclusiva y la enterotoxina accesoria del cólera. Como su propio nombre indica, la toxina de la zónula oclusiva relaja las uniones estrechas (zonula occludens) de la mucosa del intestino delgado, lo que incrementa la permeabilidad intestinal, mientras que la enterotoxina produce aumento de la secreción de líquido.



EPIDEMIOLOGÍA

Las especies de Vibrio, como V. cholcrae, crecen de forma natural en los estuarios y en los mares de todo el mundo, Todas las especies de Vibrio son capaces de sobrevivir y de replicarse en las aguas contaminadas con una mayor salinidad. Los vibrios patógenos pueden crecer rápidamente en aguas con crustáceos quitinosos (p. ej., ostras, almejas, mejillones), de ahí la asociación entre las infecciones por Vibrio y el consumo de crustáceos. Las personas con infecciones asintomáticas pueden ser también un importante reservorio de este microorganismo en las zonas donde la entermedad por V. cholerac es endemica.

Las infecciones producidas por V. parahaemolyticus, V. vulnificus y otros vibrios patógenos son consecuencia del consumo de marisco cocinado incorrectamente, fundamentalmente ostras, o de la exposición a agua de mar contaminada. V. parahaemolyticus constituye la causa más frecuente de gastroenteritis bacteriana en Japón y el Sudeste Asiático, y es la especie de Vibrio implicada más aísla a de menudo manera en frecuente, la gastroenteritis, aunque puede en EE.UU. originar V. vulnificus infecciones no gra-se ves de heridas y se asocia a una elevada incidencia de desenlaces mortales. V. vulnificus es la causa más frecuente de septicemia por Vibrio. La gastroenteritis producida por los vibrios ocurre durante todo el año debido a que las ostras están contaminadas con numerosos microorganismos a lo largo de este. Por el contrario, la septicemia y las infecciones de heridas por Vibrio se registran durante los meses cálidos, cuando el número de microorganismos se multiplica en el agua del mar hasta alcanzar concentraciones muy elevadas.


ENFERMEDADES CLÍNICAS 

*      VIBRIO CHOLERAE

La mayoría de los individuos que se exponen a V. cholerae 01 toxigénico sufren infecciones asintomáticas o una diarrea autolimitada, pero algunos individuos sufren una diarrea intensa y rápidamente mortal. Las manifestaciones clínicas del cólera comienzan, por término medio, entre 2 y 3 días después de la ingestión de las bacterias, con el inicio brusco de una diarrea acuosa y de vómitos. La fiebre es rara y puede ser indicativa de una infección secundaria. Conforme se van perdiendo líquidos, las heces se vuelven incoloras e inodoras, libres de proteínas y moteadas de mucosidad (heces en «agua de arroz»). La pérdida importante de líquidos y de electrólitos puede provocar deshidratación, calambres musculares dolorosos, acidosis metabólica (pérdida de bicarbonato), hipopotasemia (pérdida de potasio) y shock hipovolémico, con arritmias cardíacas y fallo renal. La tasa de mortalidad alcanza el 70% en los pacientes no tratados, pero es inferior al 1% en los sujetos que se tratan de forma precoz con reposición de líquidos y de los electrólitos perdidos. La enfermedad producida por V. cholerae 0139 puede ser tan grave como la causada por V. cholerae 01. Otros serotipos de V. cholerae (que se suelen denominar V. cholerae distintos de 01) no producen la toxina colérica y suelen ser responsables de una diarrea acuosa leve. Estas cepas pueden provocar también infecciones extraintestinales, como septicemia, sobre todo en pacientes hepatópatas o con neoplasias malignas hematológicas.



VIBRIO PARAHAEMOLYTICUS

La gravedad de la gastroenteritis producida por V. parahaemolyticas puede cornprender desde una diarrea de resolución espontánea hasta una enfertnedad leve selnejante al cólera. En general, la enfermedad se desarrolla después de un período de incubación de 5 a 72 horas (media, 24 horas) y se manifiesta con diarrea acuosa y explosiva. En las heces no se observa macroscópicamente sangre o pus, excepto en los casos muy graves. La cefalea, los espasmos abdominales, las náuseas, los vómitos y la febrícula pueden perdurar durante un período superior a 72 horas. El paciente se recupera sin secuelas. En los individuos expuestos al agua de mar contaminada se pueden producir infecciones de heridas.



VIBRIO VULNIFICUS

V vulnificus es una especie de Vibrio especialmente virulenta responsable de más del 90% de los fallecimientos asociados a Vibrio en EE.UU. Las presentaciones más frecuentes son la septicemia primaria tras el consumo de ostras crudas contaminadas o una infección de una herida rápidamente progresiva tras la exposición a agua salada contaminada. Los pacientes con una septicemia primaria manifiestan fiebre y escalofríos de aparición súbita, asociados a vómitos, diarrea y dolor abdominal. Es frecuente encontrar lesiones cutáneas secundarias, como necrosis tisular. La mortalidad de los pacientes con septicemia por V vulnificus es elevada y puede alcanzar el 50%. Las infecciones de las heridas se caracterizan por tumefacción inicial, eritema y dolor en el lugar de la herida, que se siguen de la aparición de vesículas o ampollas y al final necrosis tisular con signos sistémicos, como fiebre y escalofríos. La mortalidad asociada a las infecciones de las heridas puede alcanzar el 20-30%. Las infecciones por V vulnificus son más graves en los pacientes hepatópatas, con enfermedades hematopoyéticas o con insuficiencia renal crónica y en los que reciben tratamiento con inmunodepresores.



DIAGNÓSTICO DE LABORATORIO MICROSCOPIA

Las especies de Vibrio son bacilos curvos gramnegativos pequeños (0,5-1,5 pm por 3,0 pm). En las heces de los pacientes con cólera es característica la presencia de grandes cantidades del microorganismo, por lo que el estudio microscópico directo de las muestras de heces puede proporcionar un diagnóstico de sospecha rápido en los brotes endémicos de cólera; sin embargo, a medida que progresa la enfermedad, los microorganismos se diluyen en las pérdidas masivas de líquidos y la microscopia pierde utilidad. La valoración de una muestra de herida teñida con Gram también puede resultar útil en un ámbito sugestivo de infección por V. vulnificus (p. ej., exposición de individuos susceptibles a los mariscos o al agua de mar).



INMUNOANÁLISIS

Los inmunoanálisis para la detección de la toxina del cólera o de los lipopolisacáridos 01 y 0139 se emplean para el diagnóstico del cólera en las áreas endémicas. Estas pruebas tienen una sensibilidad (de hasta el 97%) y una especificidad variable y su valor disminuye a medida que progresa la enfermedad, ya que hay menos microorganismos en las muestras clínicas.

CULTIVO

Los microorganismos de Vibrio sobreviven con dificultad en un ambiente ácido o seco. Las muestras se deben obtener en la fase inicial del proceso e inocularse rápidamente en los medios de cultivo. Si el cultivo se va a retrasar, la muestra debe mezclarse con el medio de transporte de Cary-Blair y refrigerarse. Los vibrios sobreviven mal en el tampón de glicerol salino, el medio de transporte que se usa para la mayoría de los patógenos entéricos.

Los vibrios crecen en la mayoría de los medios que se usan en los laboratorios clínicos para los coprocultivos y cultivos de las heridas, incluido el agar sangre y el agar MacConkey. Se pueden usar también medios de agar selectivos especiales para vibrios (p. ej., agar de tiosulfato-citrato-sales biliares-sacarosa (TCBS)), así como caldos enriquecidos (p. ej., caldo de peptona alcalino; pH 8,6) para aislar vibrios en muestras con mezcla de microorganismos (p. ej., heces). Las cepas se pueden identificar por medio de pruebas bioquímicas selectivas y se puede establecer el seroupo utilizando antisueros polivalentes. En las pruebas destinadas a la identificación de vibrios halófilos, el medio se debe complementar con NaCl al 1%.

TRATAMIENTO, PREVENCIÓN Y CONTROL

Los pacientes con cólera se deben tratar de forma precoz mediante la reposición de líquidos y electrólitos para impedir que la pérdida masiva de líquidos origine un shock hipovolémico. El tratamiento antibiótico, aunque de valor secundario, puede reducir la producción de toxina y los síntomas clínicos, asi como la transmisión mediante una eliminación más rápida del microorganismo. En la actualidad, el fármaco de elección en niños y adultos es una dosis única de azitromicina, ya que la resistencia a macrólidos es relativamente infrecuente. En los adultos, que no sean mujeres embarazadas, se puede emplear como tratamiento alternativo una dosis única de doxiciclina o ciprofloxacino, si se ha demostrado su actividad in vitro; sin embargo, la resistencia a las tetraciclinas y a las fluoroquinolonas es relativamente frecuente.

La gastroenteritis por V. parahacmolyticus suele ser una enfermedad de resolución espontánea, aunque en los pacientes con infecciones graves se puede administrar un tratamiento antibiótico junto a la reposición de líquidos y electrólitos. Las infecciones de heridas y la septicemia por V. vulnificus se deben tratar precozmente con antibioterapia. La combinación de minociclina o doxiciclina con ceftriaxona o cefotaxima parece constituir el tratamiento dotado de mayor eficacia.

Las personas infectadas por V. cholerac pueden eliminar bacterias durante los primeros días de la enfermedad aguda, por lo que representan importantes focos de nuevas infecciones. Aunque no se ha descrito el estado de portador prolongado de V. cholerae, los vibrios se desarrollan como células de vida libre en los reservorios de los estuarios y marinos. Tan solo la mejora de las condiciones sanitarias puede hacer posible un control eficaz de la enfermedad, Esto implica el manejo adecuado de las aguas residuales, el uso de sistemas de purificación para eliminar la contaminación de los abastecimientos de agua y la introducción de las medidas adecuadas para evitar la contaminación de los alimentos.



AEROMONAS

Aeromonas es un bacilo gramnegativo, anaerobio facultativo, fermentador, que morfológicamente se parece a los miembros de la familia Enterobacteriaceae. Al igual que en el caso de Vibrio, la taxonomía de este género ha sufrido una profunda reorganización. Se han descrito más de 30 especies de Aeromonas, la mayoría de las cuales se asocian a enfermedad en el ser humano. Los patógenos más destacados son Aeromonas hydrophila, Aeromonas caviae y Aeromonas veronii biovariedad sobria. Estos microorganismos son ubicuos en el agua dulce y salobre.

Las especies de Aeromonas producen tres variantes de la enfermedad: 1) diarrea en personas sanas, 2) infecciones de las heridas y 3) enfermedad sistémica oportunista en inmunodeprimidos (sobre todo pacientes con enfermedad hepatobiliar o tumores malignos de base).



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